La última es un cajero de Mercadona, en su puesto de trabajo y mientras cobra a los clientes, llamando asesino a Abascal. No soy el único que piensa que eso es más que reprobable por muchas razones, de hecho el hombre que estaba pagando en ese momento se lo recriminó.
Les llaman fascistas, antidemócratas, hasta asesinos como el de ayer, y hasta su aliado natural por posición en el espectro político aunque esté más centrado, Alberto Núñez Feijoi intenta no pactar con ellos aunque todos creemos que lo hará por pura necesidad, si gana las elecciones que suponemos que así será si no hay pucherazo con los votos por correo, que no son igual que los depositados en una urna.
No sé si alguien se ha leído sus propuestas programáticas para estas elecciones. Por si acaso pongo el enlace ahí arriba. Y me temo que lo de derogar la ley de violencia de género y dar el mismo valor negativo a todos los tipos de violencia independientemente del sexo de la parte agredida, que el Estado asuma competencias que ahora tiene delegadas en las CCAA como Sanidad y Educación, tan sensibles e importantes, que se dejen de financiar los abortos y las operaciones de cambio de sexo y a cambio se mejoren las prestaciones en salud bucodental, que se retire la financiación estatal a sindicatos y partidos políticos y se nutran de las aportaciones de los afiliados, que se acabe con la censura que hoy por hoy ejercen los lobbys en los medios de comunicación de masas y que se acabe con los privilegios de unos territorios por encima de otros tiene mucho que ver.
Ni creo que eso sea fascismo ni siquiera ultraderecha. Me da a mí que quienes los etiquetan de tales, además de vivir de sopas bobas que los de Abascal tienen intención de suprimir, no han buscado qué es eso ni en la wikipedia. A ver si los verdaderos fascistas, totalitarios y antidemócratas van a ser ellos.
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