El libro termina tal como comenzó: Considerando que el sexo fuerte es el femenino, como el gameto fuerte es el óvulo, no porque biológicamente sea así sino porque las circunstancias para ambos son más favorables. Se asume la vulnerabilidad del hombre y se le considera como el sexo a proteger, dando unas líneas generales que quizás puedan servir de base para diseñar las estrategias de supervivencia de cada uno en este medio hostil.
Info. sobre "Por ellas, para ellas... y de ellos"
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