a mayoría de los hombres no maltrata a las mujeres en el ámbito conyugal. De ahí la falsedad de un porcentaje importante de denuncias que se presentan por violencia doméstica, ya sea física o psicológica. Sobre todo de la que van acompañadas de una demanda de divorcio, que persiguen -y en general consiguen- un trato favorable de sus señorías. Lo afirmó ayer Carmen Ordoño, doctora en Derecho e investigadora sobre la aplicación de la Ley de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género.
El maltrato existe, por supuesto, pero no en la proporción que se denuncia, puntualizó Ordoño, ponente de una conferencia sobre la prueba pericial en los cursos de verano de la sede baezana Antonio Machado de la Universidad Internacional de Andalucía. Precisamente, el peritaje es un buen instrumento para quienes son acusados injustamente por sus parejas. «Pueden pedir a un psicólogo que les haga un informe de su personalidad o que analice a sus hijos para intentar rebatir la acusación».
Ordoño lamentó que se instrumentalice a los jueces de violencia conyugal, a los que piden que apliquen el sentido común en sus resoluciones, por cuanto, aunque no aparece en la ley, es esencial a la hora de emitir la sentencia. «Los jueces tienen mucho poder y, por lo tanto, pueden hacer mucho daño», agregó.
Al igual que en los divorcios, el peritaje es clave en cualquier tipo de procesos, según señaló esta experta, quien resalta la importancia de contar con los testimonios que aportan al juzgado conocimientos especializados, tanto técnicos como científicos o artísticos, sobre hechos complejos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario