martes, 29 de junio de 2010

¿Es posible defenderse de una acusación de violencia de género?

Afortunadamente sí, aunque no resulte fácil. Vamos a explicar por qué.

La mayor parte de las quejas sobre violencia de género no tienen que ver con el ámbito de las agresiones físicas, sino con el de lo que han llamado violencia psíquica. Si la característica fundamental y diferenciadora de la v.g. es, según su enfoque teórico de base, la necesidad patriarcal de dominación del hombre hacia la mujer, ésta ha de ejercerse de forma oculta, dentro del marco del mundo privado familiar, y ser difícil de demostrar en contextos exteriores. Esto hace que el formato psíquico sea mucho más práctico que los bofetones y garrotazos. No es que no haya violencia física del hombre hacia la mujer, sino que es más probable que la dominación se intente ejercer por medios más sutiles.

Un hombre (ya sabéis que las mujeres no hacen estas cosas, ¿verdad?) puede controlar a su mujer de muchas formas: Aislándola de tal forma que no tenga contacto con otros seres humanos, restringiendo su acceso al dinero, criticando públicamente todo lo que hace, atentando contra su autoestima llamándola inútil, tonta y lindezas similares, amenazándola con hacerle daño o dañando realmente objetos que a ella le gustan, por ejemplo. ¿Cómo se puede demostrar esto? Es difícil, él siempre lo va a negar y a ella nadie va a creerla.

Afortunadamente las cosas han cambiado. Ahora tanto la Guardia Civil como la Policía Nacional tienen buenos cuerpos de profesionales entrenados para detectar hasta los indicadores más débiles del maltrato y actuar en consecuencia. Los poderes públicos se han gastado una buena cantidad de dinero en formar a las fuerzas de seguridad del Estado para que puedan cumplir con su misión de velar por las leyes y de proteger a las ciudadanas de todo tipo de abusos en el ámbito privado. Esto hace que cuando una mujer vaya a denunciar las agresiones psíquicas que está sufriendo sea acogida con respeto, se la escuche con atención y se le puedan ofrecer vías de acción para librarse de su agresor, vías que muchas veces pasan por la orden de alejamiento o incluso el ingreso en el calabozo por una noche, para que recapacite.

Ahora bien, ¿qué ocurre cuando el agredido es él? Pues que no hay ninguna ley específica para la violencia psíquica contra los hombres porque la teoría de género, diseñada escrupulosamente de acuerdo a los estándares científicos, deja bien claro que eso es imposible, que una mujer sólo agrede en legítima defensa cuando el otro individuo era un maltratador. Ellas se defienden, no maltratan, y eso es algo que hay que tener muy claro. Desde este punto de vista no hace falta ser muy listo para entender que si tu mujer te acusa de maltrato es porque eres un maltratador y si te pega también lo eras. Resulta kafkiano, en el más triste sentido de El Proceso, y no creo que una metamorfosis sea lo más adecuado para salir de la situación.

Por el mero hecho de ser hombres nos vemos entre la espada y la pared. De un lado tenemos la opción de hacer exactamente lo que nuestras mujeres quieren que hagamos aunque pensemos que puede resultarnos perjudicial, ya que así (al menos en teoría) no podrán acusarnos de intentar ser unos dominadores. Del otro, si intentamos exponer nuestras ideas o llegar a acuerdos con ellas y asumimos una postura que no les conviene, posiblemente entremos en conflicto con ellas y todo lo que digamos o hagamos para defender nuestra posición sean intentos patriarcales de dominarlas, con lo que se nos podrá aplicar la ley integral esa.

¿Cuál es, pues, la solución a la violencia de género? Es sencilla: Para que no te acusen, haz lo que tu mujer quiera que hagas, conviértete en su esclavo, anímala a que salga con todo el mundo y a todas horas, a que tenga toda la vida social y la mayor autonomía posible incluso a costa de que tú tengas que trabajar dieciocho horas al día, anímala también a que compre, que sea feliz adquiriendo trapos que pondrá en el fondo del armario y que a lo sumo lucirá una o dos veces, no se te ocurra controlar su vida sexual, aléjate de tu familia y especialmente de madres y hermanas que son una perniciosa influencia para vuestra relación, dile las cosas con obediencia y sumisión, renuncia a tus objetos para que la casa esté llena de los suyos, sé su chófer, niñera... en resumidas cuentas, anula tu voluntad y haz lo que ella quiera.

Ah, pero... ¿no era esto lo que queríamos evitar?

lunes, 28 de junio de 2010

Cancelan conferencia de Julio Bronchal sobre custodia compartida

APFS Baleares. Nota de Prensa

La Asociación de Padres de Familia Separados de Baleares (APFS) hace saber su indignación por la cancelación de la conferencia programada en el Casal Ernest Lluch en una clara expresión de coartar el derecho ciudadano a la libertad de expresión. Con el título “Síndrome de Alienación Parental (SAP) y Custodia Compartida, mito y realidad” la conferencia de entrada libre y gratuita iba a ser impartida por el Psicólogo forense Julio Bronchal, especialmente invitado para la ocasión por la APFS Baleares.

La Consellería de Salut i Consum de Les Illes Baleares ha ejercido su poder represor para cancelar el evento, sin justificación alguna y sin comunicarlo oficialmente, toda vez que había sido solicitado el permiso correspondiente en tiempo y forma, con información detallada del título y ponente y que la sala ya estaba concedida.

Activitas feministas radicales, entre las que se encontraría la periodista feminista Leonor Taboaba y la secretaria de Igualdad del PSIB Silvia Cano, apuntan como instigadoras de la acción del Govern, quienes habrían informado al Conseller de Sanidad de la organización del evento en el Casal de asociaciones que posee en la calle Rosa nº 3 y en el cual tiene su sede oficial la misma APFS Baleares.

La reacción fue la fulminante cancelación de la conferencia mediante una noticia aparecida en la prensa con declaraciones expresas del conseller Vicenç Thomás, quien calificó a nuestra asociación de “lobby” y acusó a la APFS de basar nuestra “estrategia en la existencia de su supuesto Síndrome de Alienación Parental (SAP) negado por la comunidad científica y cuestionado por el propio Ministerio de Igualdad”. No tuvo tampoco miramientos a la hora de atacar al ponente y al propio presidente de la APFS Baleares por haber “amenazado con ejercer fuera porque le ‘imponían ’el catalán”.

Thomás dijo además a la prensa: “Inmediatamente actué” expulsando a la APFS Baleares de su sede social en el Casal Ernest Lluch, en un acto de clara represión institucional sobre una asociación libre desde un estamento público de gobierno.

Siguiendo en la misma línea La APFS Baleares contradice al conseller al afirmar que no es un lobby ni entró de “okupa” en el Casal de su competencia como dice Thomás. Está formalmente constituida y registrada en el registro de asociaciones de Baleares y en el registro de entidades ciudadanas del Ayuntamiento de Palma. El despacho que le fue adjudicado a la asociación se hizo en virtud de una solicitud formal y entrega de llaves. Además una placa son el logotipo de la APFS luce en la entrada del Casal, junto a las de otras 15 asociaciones instaladas allí, desde enero de este año

Desde la APFS consideramos que la cancelación de la conferencia por parte del Govern Balear debido a presiones feministas constituye un grave atropello a la libertad de expresión, un derecho fundamental reconocido por la constitución española y que se ha vulnerado con alevosía en este caso. Las declaraciones del Conseller Vicenç Thomás y la expulsión de la APFS Baleares de su sede podrían constituir un grave delito.

Por todo ello la APFS Baleares y su asociación matriz la APFS Nacional emprenderán las acciones que consideren oportunas para limpiar su buen nombre acerca de las falsas e injuriosas acusaciones emitidas desde la Consellería de Sanidad

Finalmente, la conferencia fue realizada en el Colegio de Psicólogos de Baleares

Jorge Skibinsky

Presidente APFS Baleares

Vicepresidente de Organización APFS Nacional

martes, 22 de junio de 2010

La macroencuesta que prepara el ministerio de igualdad

En esta página: http://www.personasnogenero.blogspot.com/
han creado un manifiesto contra la viciada práctica de que se sigan confeccionando las estadísticas de maltrato presuponiendo que sólo el hombre es capaz de ejercer violencia. Si tú también piensas que antes que género somos personas y compartes su contenido contribuye a extenderlo pasándolo entre tus amigos y conocidos.


LA MACROENCUESTA QUE PREPARA EL MINISTERIO DE IGUALDAD: ¿CIENCIA O IDEOLOGÍA?

Un feminismo institucional, el que considera al hombre como el responsable único de cuanto de malo hay en el mundo y se propone cambiar la masculinidad; el que niega el derecho a un divorcio justo y la custodia compartida de los hijos; el que se ha propuesto destrozar el diccionario con sus: miembras, feminarios y jóvenas; el de las bibliotecas de mujeres; ese que dice que la historia de la humanidad es la historia de un varón azotando y maltratando a una mujer; se propone, al igual que sucedió en otras tres ocasiones, realizar de nuevo una encuesta sobre la violencia de pareja.


Y nada habría que objetar a tal propósito si la intención fuese detectar los protagonistas y las formas de ejercerla: mediante la fuerza física o la presión psicológica, la amenaza abierta o el chantaje velado, por hombres y mujeres o por mujeres y hombres, de tal modo que alcanzásemos a tener una imagen, lo más objetiva y próxima a la realidad, de un fenómeno que, por producirse mayoritariamente en el ámbito privado, no es posible conocer de forma directa.


Pero, al igual que en las tres encuestas previas, el objetivo no parece éste, pues de entrada se excluye al varón; es decir, de antemano se nos dice que sólo hay una posible víctima y un único verdugo, unos seres a quien proteger (ellas) y otros seres a quien castigar (ellos), en una construcción de la realidad no sólo falaz y mentirosa, también interesada. Pretenden engañarnos diciendo que se puede conocer de la disputa entre dos personas con la opinión de una sola de ellas.


Por eso debemos decir: no, a que se siga alimentando una ideología de género que nada bueno ha aportado a la sociedad; no, a engordar una guerra de sexos basada en el maniqueísmo de buenas y malos; no, al uso de los presupuestos del Estado para elaborar una encuesta no sólo acientífica, también segregadora y sexista; no, a una encuesta que va contra cualquier forma de entender la igualdad y la equidad entre la mujer y el hombre. Y por lo mismo, decir sí, a una encuesta que no presuponga que la violencia entre el hombre y la mujer es unidireccional y sí en los dos sentidos y que, en consecuencia, se pase a todos.

POR LA IGUALDAD, POR LA EQUIDAD, CONTRA LA SEGREGACIÓN Y EL SEXISMO, DIGAMOS SI A UNA ENCUESTA A HOMBRES Y MUJERES.

martes, 1 de junio de 2010

Caperucita y el lobo machista, por Arturo Pérez Reverte



El texto no es mío, sino de Pérez Reverte, tan genial como acostumbra.



Hoy me he levantado con talante. Como después de haber
publicado El pequeño hoplita -un cuento sobre un niño en las Termópilas, que tanto debe a su magnífico ilustrador, Fernando Vicente- le tomé el gusto a la narrativa infantil, he decidido echar un cable. Ayudar a que nuestra ministra de Igualdad y Paridad, Bibiana Aído, rubia joya de la corona, haga realidad su bonito proyecto de conseguir que los cuentos tradicionales para pequeños cabroncetes sean desterrados de escuelas y hogares, y dejen de ser un reducto machista, sexista y antifeminista. O que, expurgados y reconvertidos a lo social y políticamente correcto, contribuyan, ellos también, a la formación de futuras generaciones de ciudadanos y ciudadanas ejemplares y ejemplaras. Como está mandado.

Al principio pensaba hacerlo con el cuento de Blancanieves y las siete personas de crecimiento inadecuado; que, como sostiene Bibiana, requiere, título aparte, una remodelación general urgente. Pero ciertos indicios de intolerable violencia machista en la casita del bosque, como que sea una mujer quien cargue con todas las labores del hogar, o que no haya paridad de sexos en el número de individuos que trabajan en la mina -su número impar complica además el asunto-, me decidieron a dejarlo para más adelante. Lo intenté luego con La soldadita de plomo y ploma; y no es por echarme flores, pero lo tenía casi resuelto. Una soldadita de plomo de la ULFF -Unidad Legionaria Femenina Feroz-, terror de los talibanes afganos y de los piratas del Índico, impedida en su extremidad locomotriz por haber caído poco metal en el molde cuando la fundían. O sea, incompleta física de una pierna, para entendernos. O no. Lo que antes se decía, en jerga fascista, coja. Y que, desde su repisa en el cuarto de juegos de una niña, se enamora de un bailarín de ballet de papel maché que está enfrente, puesto tal que así, de puntillas, y que tiene una bonita lentejuela de plata en el prepucio. Se lo leí a mi hija por teléfono, a ver qué tal iba la cosa; pero al llegar a lo de la lentejuela me aconsejó dejarlo. Te van a malinterpretar, dijo. Así que al final me decidí por un clásico inobjetable: Caperucita Roja. Y está feo que lo diga, pero la verdad es que lo he bordado. Creo.