Sigo sin entender por qué hay un observatorio que se preocupa de la publicidad en la que se presenta a las mujeres en roles estereotipados y negativos para su imagen como sexo, en la que se las discrimina por el hecho de ser mujeres, y no lo hay para cuando eso ocurre con los hombres.
Ahora las cosas están en un punto curioso, como tantas otras veces. Como las agencias de publicidad temen la censura de la igual-da y la lvg, han decidido que a quien van a presentar en papeles estereotipados es a los hombres. Si no tuvimos suficiente con el anuncio del renault clio, ahora le ha tocado el turno a uno de esos carísimos teléfonos de información, creo que de telefónica: el 11888.
En el anuncio nos vemos al Luisma de Aída asomado a la ventana y gritándole a una mujer de la que no recuerda el nombre no sé qué historias (sólo lo he visto una vez, hoy mismo) y pidiéndole de una u otra forma que le deje entrar. En el anunciajo de marras se da una imagen estereotipada del hombre: la del que sale por ahí a buscar un agujero donde meterla sin importarle si se llama Juana, Rigoberta o Anastasia, y también de la mujer: La que tiene la casa y la capacidad de decidir cuándo, cómo y por qué motivo nos pone las maletas en la puerta.
No dejéis de verlo, no tiene desperdicio. Y, por supuesto, no llaméis al 11888. Seguro que hay formas más baratas de conocer un número de teléfono.
martes, 27 de abril de 2010
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