miércoles, 1 de julio de 2009

Algo exclusivamente masculino: El cáncer de próstata


El 54% de los españoles mayores de 50 años asegura no acudir a revisiones periódicas de su próstata porque su médico de Atención Primaria no les recomienda la realización de estas pruebas, a pesar de ser por la edad un grupo de riesgo y pese a que esta es la única vía para fomentar el diagnóstico precoz de este tipo de cáncer, según un estudio del Círculo de Braquiterapia Prostática (CBP).

El trabajo, titulado El conocimiento del cáncer de próstata entre los hombres españoles y desarrollado sobre una muestra de 800 hombres de 50 o más años por entrevista telefónica el pasado mayo, señala el desinterés (30%), el desconocimiento (11%) y miedo (4%) como otros de los principales motivos para no acudir al especialista.

La mitad de los españoles no se somete a revisiones urológicas periódicas para comprobar el estado de salud de la próstata, aunque el 72% es consciente de que este tumor es, tras el de pulmón, el segundo con mayor índice de mortalidad en hombres en España.

Un 63% asegura no saber cómo puede prevenir el cáncer de próstata y sólo el 26% indica que la mejor manera es mediante revisiones periódicas que permitan un diagnóstico precoz. Sin embargo, el 46% de los varones todavía desconoce en qué consisten las pruebas de diagnóstico de esta enfermedad.

De la misma manera, un 63% niega conocer los síntomas y entre los que aseguran saber cuáles son (37%), sólo el 13% conoce que en el cáncer de próstata no hay síntomas observables hasta que la enfermedad está muy avanzada. Por otra parte, el 81% desconoce los tratamientos para combatir esta neoplasia, a lo que hay que añadir que el 43% de los que sí los identifican no sabe cuál de ellos es el más eficaz.


Braquiterapia prostática

Cuando este tipo de tumor se detecta en sus fases iniciales, las posibilidades de curación aumentan hasta un 85 por ciento de los casos y es posible aplicar tratamientos menos agresivos, como la braquiterapia prostática, que consigue unos índices de curación similares a los de la cirugía radical o la radiación externa.

Además, también disminuye la posibilidad de que la radiación alcance los órganos sanos adyacentes (recto y vejiga), por lo que efectos secundarios, como la impotencia sexual o la incontinencia urinaria, se ven minimizados y permiten al paciente mejorar su calidad de vida.

Otra gran ventaja de este tratamiento consiste en que, al ser una operación relativamente sencilla, no requiere incisión quirúrgica y la estancia hospitalaria se reduce a 24 o 48 horas, por lo que el enfermo puede retomar sus actividades diarias en poco tiempo.

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