jueves, 11 de junio de 2009

Cómo provocar una crisis económica


CÓMO PROVOCAR UNA CRISIS ECONÓMICA

Aunque es poco probable que eso suceda, el esfuerzo coordinado de los ciudadanos y políticos, unido a la suerte y otros imponderables, podría llevar a que la actual crisis económica se malogre y no ejerza su acción benéfica sobre la sociedad decadente en la que vivimos.

Por si eso ocurre, y para facilitar el trabajo a las generaciones venideras, he creído conveniente detallar los puntos clave en los que se puede pedir la colaboración de los ciudadanos para que generen otra crisis de forma rápida y eficiente:

1.- El ciudadano nunca debe estar satisfecho con lo que tiene. Tener más de todo ha de ser un derecho recogido en todas las constituciones.

2.- Es imprescindible cambiar regularmente de vivienda y mudarse cada vez a una más grande y cara. Por supuesto, el equipamiento de la vivienda ha de ir en consonancia con su nivel.

3.- Cada familia debe gastar todo lo que gana y un poco más. De esta forma se garantizan niveles de consumo que permitan la redistribución de la riqueza.

4.- Ahorrar es necesario. Para ello, cada familia apartará un porcentaje de sus ingresos que utilizará para la adquisición de ropa, viajes turísticos o equipamiento de hogar. Ahorro y máximo nivel de gasto se convierten de esta forma en realidades compatibles y complementarias.

5.- En el caso de que surjan gastos inesperados, los bancos dispondrán del dinero necesario para conceder créditos a los ciudadanos necesitados. Estos créditos tendrán un tipo de interés razonable.

6.- Si los bancos atraviesan problemas de liquidez relacionados con el impago de las cuotas de los créditos que han concedido, el Estado deberá destinar las partidas necesarias con cargo a sus presupuestos para resolver el problema.

7.- Los derechos del trabajador deben primarse sobre todo lo demás. Sus retribuciones consistirán en un sueldo base digno y comisiones proporcionales directamente a la ganancia obtenida con sus acciones.

8.- La jornada laboral ha de ser reducida para que el trabajador pueda disfrutar de su tiempo libre y gastar todo el dinero que gana.

9.- No todos los ciudadanos están en obligación de rabajar. Los trabajadores, y en su ausencia el Estado, deberán ocuparse de aprovisionar económica y materialmente a quienes no trabajan de forma remunerada.

10.- El eje de la sociedad no son quienes trabajan, sino quienes consumen. Es a éstos, y no a los trabajadores, a quienes se debe proteger de un modo especial.

11.- Lo realmente importante de la actividad laboral no es su producto, sino la retribución económica que obtienen los trabajadores por desempeñarla. El Estado habrá de velar por la preservación de los puestos de trabajo en empresas que, por su avaricia desmesurada, estén en temporadas económicamente difíciles.

12.- Las medidas de política social primarán el reparto del dinero público entre los contribuyentes más afines políticamente al gobierno de turno en lugar de invertirlo en beneficio de la comunidad global.

13.- Para que los ciudadanos no conformes con la idea de que se instaure una crisis económica no se den cuenta de que la sociedad camina en esa dirección el gobierno creará ministerios y leyes que fomenten la desigualdad y la injusticia. De esta forma los colectivos opositores se centrarán en ellas en vez de combatir la crisis que se avecina.

Espero que estas líneas generales, forzosamente incompletas, sean útiles en la posteridad. Provocar una crisis económica es un prestigioso trabajo que nunca ha sido reconocido como se merece.

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