https://www.elmundo.es/cultura/literatura/2025/04/22/6807f5fbe4d4d899468b459b.html
Libros y películas sobre asesinatos truculentos hay a miles. Los ha leído o visto quien ha querido, y han tenido el éxito que su calidad y la inversión publicitaria que se ha hecho en ellos les ha permitido. Los crímenes se han visto desde todas las perspectivas posibles, tanto favorables al asesino como a la víctima, como lo más neutras posible.
En Once upon a time in Hollywood Tarantino nos hizo reír con la terrible historia del asesinato de Sharon Tate y consiguió un enorme éxito de taquilla. Le aplaudimos, reconocimos su genialidad y los estudios se forraron. En España, un escritor analiza un crimen que ocupó las pantallas televisivas durante meses y del que se habló largo y tendido sin que nadie dijera nada. Consiguió que una editorial de prestigio decidiera publicarlo y cuando una mujer decidió que no quería que saliera a la luz todo se detuvo. Propio de una sociedad fascista dominada por los colectivos feministas, aunque esto último no se atreviera a decirlo el autor.
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