martes, 28 de septiembre de 2010

Vaya pifia de huelga general


29 de septiembre de 2010. Gobierno y sindicatos van de la mano a la hora de convocar una huelga general que tiene la misión de hacer que unos y ,otros recuperen el crédito perdido durante tantos años de engaños a todo el mundo. A 28 de septiembre de 2010 los trabajadores no creen en unos sindicatos más preocupados por mantener el culo pegado al sillón que por defender los derechos de los trabajadores. UGT, CCOO y demás no son más que siglas que sirven para que en las empresas haya liberados sindicales con plenitud de poderes para exigir a los empresarios mientras ellos cumplen con jornadas laborales exiguas o inexistentes. El gobierno, por su lado, ha dilapidado lo que había en las arcas que en tan buen estado dejaron sus predecesores, se ha convertido en el paladín de feministas radicales, gays, lesbianas, afectados por la memoria histórica y similares, y ha llevado nuestra economía a las más altas cotas de la miseria.

Gobierno, sindicatos y sus grupos radicales de apoyo, coinciden en que esta huelga ha de llegar a buen puerto en beneficio de todos, bueno mejor dicho de todos ellos. Mientras a los demás ni nos va ni nos viene porque no va a servir más que para generarnos pérdidas en todos los sentidos, ellos se relamen los bigotes pensando en todo lo que pueden ganar y en cómo culpar de todas las desgracias del país a esa derecha que parece que sólo existe en su imaginación. Porque no lo duden ustedes: La culpa de todo lo que ocurre aquí la tiene la derecha: Del paro, de la pérdida generalizada del poder adquisitivo, del vacío en las arcas del estado, de la mentalidad buenista y agilipollada de todos esos españoles que se han dejado llevar por el consumismo absurdo, y en general de todo lo que ocurra y pueda ocurrir en nuestra piel de toro y los terrenos extrapeninsulares.

Ahora, que no deben tenerla todas consigo. Tanto que si uno va por las calles se encuentra con que esos acólitos radicales en los que se apoyan se han dedicado a empapelar las paredes de los negocios con carteles de "mañana cerramos porque vamos a la huelga" y lindezas similares. Esta mañana, a la puerta del supermercado donde compro el pan, me encontré con que ya tenían asignado piquete "informativo" y todo. Así que estos paladines del talante, del diálogo, del buenismo, se apoyan en el terror, en ese miedo tan difícil de controlar que nos produce la amenaza incierta, el recuerdo atávico de aquellos rojos que asesinaban por llevar sombrero o se escondían en las sombras para caer sobre todo aquel que pensase de una forma diferente a la que ellos querían imponer a toda costa.

Cuarenta años de dictadura militar nos hicieron olvidar que en la Guerra Civil hubo dos bandos visibles: Gobierno y militares, y otros dos que nunca figuraron en ningún sitio y que fueron los causantes de la mayoría de los destrozos. Durante años se nos ha hablado de uno de esos bandos, el de los fachas, haciéndonos olvidar aquel discurso, tan repetido durante la dictadura franquista, de "que vienen los rojos"

Me temo que los rojos están aquí y que no son menos peligrosos que aquella derecha a la que ellos tanto odian. Veremos qué pasa mañana.

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