sábado, 19 de julio de 2008

Los hombres somos como espermatozoides, las mujeres como óvulos

Por ellas, para ellas... y de ellos (Capítulo 1)

Hay quien piensa que el hombre desciende del mono, y la mujer de la mona. Pero, ¿de qué descendemos hombres, mujeres, monos y monas? No del árbol, sino de nuestros gametos. ¿Y qué son los gametos? Las células que cuando se unen dan lugar a un nuevo ser vivo, sea mono, mona, hombre o mujer. Óvulos y espematozoides.

Filósofos, psicólogos y todo tipo de pensadores se han calentado la cabeza pensando en qué nos diferencia como seres humanos, también en qué nos diferencia a unos seres humanos de otros, y en qué diferencia a hombres de mujeres. Ha sido fácil encontrar diferencias anatómicas: Con poca ropa, distinguir a hombres de mujeres, o a niños de niñas es tarea fácil. Pero, ¿hay diferencias en el comportamiento entre hombres y mujeres? ¿Somos distintos no sólo anatómica, sino también conductualmente? Si hiciésemos una encuesta informal sobre si hombres y mujeres somos distintos en cuanto a comportamiento y se pueden establecer rasgos que diferencian a los dos sexos, posiblemente obtendríamos una mayoría de respuestas que nos dirían que, efectivamente, hombres y mujeres son dos grupos diferenciados.

La hipótesis que se plantea en "Por ellas, para ellas... de ellos" es que los hombres reproducimos un formato comportamental similar al de los espermatozoides y las mujeres similar al de los óvulos. Los espermatozoides se caracterizan por una vida breve, un nivel alto de actividad, enfrentarse a un medio hostil que les plantea un buen número de dificultades para cumplir con su misión, la necesidad de cooperación conjunta para conseguir un fin concreto, y el sacrificio individual para conseguir ese objetivo una vez que está al alcance. Los óvulos tienen también una vida breve, que transcurre en su propio territorio, y en la que su único esfuerzo es dejarse caer casi por la fuerza de la gravedad. El óvulo es pasivo, y su vida tan poco útil como la de un espermatozoide si no consiguen unirse para dar origen a un nuevo ser vivo.

Verse como un espermatozoide gigantesco o como un óvulo descomunal no suele ser agradable para el común de los humanos. Otra forma de analizar qué ocurre entre hombres y mujeres es ver qué nos cuentan los libros de historia que ocurrió en el pasado. No tenemos muchos datos, ya que los historiadores estaban más ocupados viendo cómo los reyes guerreaban, se mataban los unos a los otros, sufrían traiciones, invadían territorios del vecino y grandes hazañas similares, pero algo queda y las historiadoras feministas se han ocupado de recapitular esos datos. El libro contiene un capítulo en el que se recogen algunos de ellos, y se observan desde otro ángulo, lo que será una tónica a lo largo de todo el texto.


Info. sobre "Por ellas, para ellas... y de ellos"

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